El plan es que no hay plan

Si la filosofía de vida es que 'El plan es que no hay plan', entonces estamos hablando de una dicotomía inherente a la frase o de un falso dilema. O algo así se leería si Diego Ruzzarin escribiera este blog.

Quiero escribir sobre esto porque, la neta, la filosofía de que no hay plan me ha llevado por lugares muy cool, 100% fan. Pero... siempre hay un pero. con medida. No puedes andar por la libre así como así. 

DIME QUE 'EL PLAN ES QUE NO HAY PLAN' SIN DECIRME QUE 'EL PLAN ES QUE NO HAY PLAN'

Exhibit A: Comprar one-way tickets. Si no compras el regreso porque vas a la aventura y no sabes cuándo vas a regresar, y estás dispuesto a que el plan sea en 1-6 meses, ajá, no hay plan.

Exhibit B: Cancelar tus one-way tickets 4 horas más tarde. Esto ya es muy particular mío. Me ha pasado que después de comprar el boleto me salió una mejor oferta, ya sea en vuelo, en estancia, o cambió el plan por completo y tengo que quedarme. Entonces tienes que estar dispuesto a marcarle a las aerolíneas y tarjetas de crédito para solucionar esas broncas.

Exhibit C: Confundir eventos importantes con fines de semana "normales". Nada le emputece más a tus amigos/familiares que no le caigas a un plan al que ya te habían invitado. Si te enteras de que la boda de un amigo es en una o dos semanas, es porque tampoco hay plan.

Exhibit D: Perder un poco de motivación en la vida, sin exagerar. Algo que me pasó es que confundí el "no hay plan" con "no hay prisa": por obtener el título del MBA, salir con alguien, emprender, escalar profesionalmente, bajar de peso, mejorar la condición física. No pasa nada si es un ratito. ¡Aguas! Y ya.

Exhibit E: Tienes que estar cómodo, tranquilo y fluir con el cambio. Parte de esta filosofía es no tener un objetivo a corto plazo, tal vez solo mantener un objetivo a largo plazo y sobre la marcha ir sorteando lo que va saliendo, para que cada decisión que tomes te acerque más a ese objetivo.

I rest my case.

Pero los ejemplos anteriores los enfoqué hacia algo que me causaba conflicto... Sí, el plan es que no hay plan. Pero, a ver, se tomó la decisión de mudarme de ciudad y el proceso se dio de manera natural, sin forzarse. Salió la oportunidad y la tomé, sin saber todo lo que implicaría. El día que salí a carretera con mi vida empacada en un carro, no sabía dónde iba a parar a dormir. Una vez resolviendo eso, descansé cabrón. (Pero no sabía dónde iba a llegar al día siguiente, ni en Mérida, ni dónde iba a rentar, ni qué iba a necesitar de muebles, etc.) Pero la estrategia que más me ayudó a sobrellevar esta filosofía es la misma que utilizan en doble A: el famoso "un día a la vez". Words to live by ✊🏼.

Hay chingos de lectura, que se vuelve de flojera cuando ya te leíste los 2-3 que van de cajón en el kit de superación personal, pero los hábitos atómicos, o los micro-objetivo (divide una tarea grande en tareas más pequeñas), y jaladas por el estilo... todo ese discurso es cierto, si no, no estarían tan abarrotadas esas secciones de repisas en las librerías.

Al final, la clave está en encontrar el equilibrio entre la filosofía del "no hay plan" y la necesidad de tener cierta estructura. No se trata de dejarse llevar por la corriente sin rumbo, sino de fluir con los cambios, tomar decisiones y, a veces, improvisar. Vivir con la idea de que todo puede cambiar en cualquier momento te da la libertad de adaptarte, pero también te exige estar listo para manejar la incertidumbre. "Un día a la vez" no significa dar un paso sin rumbo, sino ser consciente de que, aunque no tengamos todo resuelto, cada paso que damos nos acerca a algo más grande, a un futuro que, aunque incierto, también está lleno de posibilidades.

29062021