El Ordinario

Un ingeniero haciendo un periódico

Nota del editor

Estamos en los años en los que todos quieren tener presencia en redes. Los creadores de contenido sienten la necesidad de generar nuevos espacios que aporten algo nuevo y muy a su estilo.

Por eso este es sólo un periódico más; común, con noticias de interés en general; para no andar perdidos por el mundo, donde tenemos que estar enterados de todo un poco.

No pierdo mi estilo al hacer un periódico ordinario.

Ramiro Gutiérrez

Leer noticias para construir la verdad

En la universidad estuve en un programa de radio y recuerdo que llevé las clases de locución para poder hacer un buen papel. En su momento lo veía como jugar a ser Toño Esquinca, Martha Debayle o <inserta aquí tu locutor o locutora de confianza>. El caso es que recuerdo bien que como tarea nos encargaban llevar mínimo 5 noticias nuevas todos los días. De aquí hubo varias enseñanzas, que si conocer el amarillismo, las notas de opinión, los sesgos políticos y económicos de un periodista o de toda una editorial, etc.

Al día de hoy encuentro muchos buenos beneficios con esa práctica que se me quedó, uno de ellos es que no me dejo llevar por lo primero que leo en el día, para formar un criterio integral y acercarse a la verdad hay que leer distintas posturas del mismo tema. Además, estar actualizado con lo que pasa en el día a día ayuda como tema de conversación de pasillo y muchas veces la cultura de buscar nueva información nos ayuda a tomar mejores decisiones.

El caso es que esta es mi columna de notas de opinión. Encuentro algunos artículos que me llaman la atención y voy escribiendo sobre ellos con mis sesgos y opiniones poco controversiales.

- R.G.

Post. data. Revistas, periódicos de verdad, márquenme, soy buena onda.

Rant del pinche control mediático

25112024

¡Aguas! Leer noticias no es lo mismo que leer los títulos. El titular de una noticia es como un adelanto que a veces no refleja lo que realmente está sucediendo en el fondo. A menudo, los titulares son sensacionalistas, diseñados para captar nuestra atención sin profundizar en los detalles que nos permiten entender la historia completa. Esto es lo que se conoce como clickbait, un tipo de contenido creado específicamente para atraer clics sin ofrecer valor real, engañando al lector con promesas vacías.

El clickbait está mal porque nos manipula, nos distrae y nos impide acceder a información significativa que realmente nos ayude a comprender los temas de fondo.

No me gusta leer noticias. De hecho, suelo evitarlas lo más posible. Los titulares suelen ser tan vacíos, sensacionalistas y polarizantes que me dan náuseas. El mismo ciclo todos los días: “El presidente dice esto, los opositores responden aquello, y la corrupción nunca acaba”. Pero hay una parte de mí que va en contra de este disgusto: esa parte que insiste en que la verdad importa. Esa parte que me dice que si no leo las noticias, si no me informo, entonces estoy permitiendo que otros, que no tienen mis intereses en mente, me digan qué debo pensar.

Y es que aquí, en México, la historia de Manufacturing Consent no es algo lejano o teórico. La vivimos a diario, y mucho más cerca de lo que creemos. Los medios de comunicación, muchas veces más enfocados en la agenda política o económica de los grandes poderes, nos sirven una versión filtrada de la realidad que, al final, solo busca que aceptemos su narrativa. De forma directa o indirecta, se encargan de que el consenso siempre se incline hacia donde más les conviene. Y nosotros, como sociedad, caemos en ese juego, porque no tenemos el tiempo ni las herramientas para hacer el trabajo de investigar más allá del titular.

Lo que pasa es que en México, muchos se conforman con leer los encabezados, con consumir información a medias, con quedarse en la superficie. Nos tragamos lo que nos venden y, lo peor, lo repetimos sin cuestionar. Pero aquí es donde entra esa parte de mí que no puede ignorarlo: ¿cómo voy a aceptar que alguien más controle mi percepción de lo que está pasando? ¿Cómo voy a dejar que los medios, con sus sesgos y agendas, fabriquen mi consenso sin ni siquiera darme cuenta?

La solución está en no quedarnos con lo primero que leemos. No basta con ver la noticia a medias, ni con aceptar la versión oficial sin cuestionarla. Hay que leer más, investigar, buscar diversas fuentes, hablar con otros, incluso leer más allá de las líneas entre los medios. La información está disponible para todos, pero solo si somos conscientes de cómo nos manipulan, podemos tomar decisiones realmente informadas. No me gusta leer noticias, es cierto. Pero, al final, la búsqueda de la verdad pesa más que mi desgano. Y si no lo hago, si no me informo, entonces soy parte del pinche problema. Así que, aunque me cueste, seguiré buscando, porque al final, saber la verdad, aunque duela, es lo único que vale la pena.

Noticias que me llamaron la atención el día de hoy: 

¿De verdad nos informamos?

20112024

Leer noticias no es sinónimo de estar informados. Le echo un ojo a mi buscador de noticias y los titulares son: ... (te lo juro que no miento)

Y podrán argumentar que pues qué tipo de noticias leo. Y yo podré contestarles, pues las mismas que tú, chaparro. El caso es que muchas veces no hay gran cosa que reportar, sobre todo a finales del año que ya empiezan con su "recuento del 2024", "los mejores productos del 2024 para esta Navidad", "las risas más escandalosas del año". 

Leer noticias no es sinónimo de estar informados. Estos títulos de arriba no me dicen naaaaada y sólo son de relleno. Me chocan las noticias de relleno.

Noticias que me llamaron la atención el día de hoy: 

Esta nota es de Proceso, y la verdad no siempre escriben muy bien. Pero le echan ganas a veces, en leer el avance que hubo no me tardé más de 2 minutos.